Este verano mi primo de treinta años me pidió que le enseñara a nadar. Y puedo asegurarte que una cosa es saber nadar.
Y otra muy diferente es enseñarle a otra persona a nadar.
Si quieres enseñarle a nadar a un niño deberás organizarlo como una actividad lúdica.
Porque los niños no tienen miedo al agua y aprenden a nadar a través de juegos.
Pero si quieres enseñarle a enseñar a un adulto el primer obstáculo que tendrás que vencer es su miedo al agua.
Una vez que venza el miedo debes enfocarte en enseñarle a respirar mientras nada y mantenerse a flote.
1- Lo primero que debes hacer es ayudarle a sentir confianza.
Ten paciencia y empatía y permite que el adulto aprenda a nadar a su propio ritmo.
Es muy importante que busques un entorno tranquilo para llevar a cabo las primeras lecciones.
Imagina que ese adulto se puede sentir avergonzado de no saber nadar y es difícil aprender algo nuevo con una decena de pequeños chapoteando alrededor.
Si tu aprendiz tiene miedo al agua deberás comenzar con ejercicios en el borde de la piscina.
Haz que se acostumbre al agua. Indícale que se sumerja de a poco y siempre mantente a su lado.
Anímale a utilizar gafas porque le evitará molestias en los ojos cuando se sumerja o nade.
2- Evalúa sus habilidades en el agua.
Porque hay personas que aunque no sepan nadar pueden flotar.
Y otras personas no son capaces de mantenerse a flote sin agarrarse del borde la piscina.
La mejor manera de evaluar sus habilidades es pedirle que te haga una pequeña demostración en la parte menos profunda de la piscina.
Si la persona aún no flota por sus propios medios debe comenzar a practicar la flotabilidad.
Uno de los mejores ejercicios para esto es que se sumerja en la parte menos profunda de la piscina y sujetándose del borde comience a dar patadas.
Esto lo obligará a elevar su cuerpo y mantenerse a flote. Luego pídele que cambie la posición y se coloque de espalda.
Lo siguiente es pedirle que patalee. Cuando se sienta seguro, deberá soltarse del borde de la piscina e intentar mantenerse a flote.
Una vez que logre mantenerse a flote de espalda, ya puedes incorporar los movimientos de los brazos.
3- Continúa con el estilo libre.
Una vez que tu aprendiz se siente cómodo en el agua flotando de espaldas y deslizándose es hora de continuar con el estilo libre.
Elegí este estilo porque se puede realizar con la cabeza fuera del agua. Además tu alumno podrá detenerse y recuperar una posición de pie en el agua fácilmente.
Aquí lo importante es la técnica de respiración.
Pídele que coloque la cabeza en el agua, la gire hacia la derecha tomando aire y lo exhale colocando el rostro en el agua.
Después deberá repetir el ejercicio en su lado izquierdo.
Es importante que practique el movimiento con la respiración hasta que se sienta cómodo y seguro.
Una vez que domine la respiración, agrega el movimiento de brazos y finalmente las patadas.
A esta altura tu aprendiz ya podrá nadar estilo libre.
Puedes continuar enseñándole los diferentes estilos de natación como mariposa y espalda.
Pero con todo lo aprendido será suficiente para que pueda nadar con seguridad tanto en el mar como en la piscina.
Conclusión
Enseñar a nadar a un adulto puede ser más o menos complejo. Todo dependerá del nivel de confianza de tu alumno.
Si la persona siente un miedo absoluto al agua lo primero será enseñarle a sumergirse y flotar.
Y una vez que dominen la flotabilidad ya podrás enseñarle algunas técnicas más complejas como la respiración y el estilo libre.